Este santuario, que hospeda perros y gatos con esperanza de ser adoptados, está en pie gracias a un grupo de voluntarios que trabaja gratuitamente para ayudar a estas criaturitas. Si no fuera por ellos, probablemente estarían en la calle.
Todos los días los voluntarios limpian las jaulas, rastrillan el patio, alimentan a los animales, juegan con ellos, les dan caminatas a los perros y, algunos días, bañan a los perros.
Además de asistir a los voluntarios con todas estas tareas también pudimos llevar varias donaciones incluyendo comida de perro, comida de gato, clorox, bolsas de basura y periódicos.
La pasamos muy bien jugando con los perros y dándole amor.
Finalmente, nuestra aventura culminó en Wendy's donde comimos y continuamos compartiendo.
¡Gracias a todos los que de una manera u otra ayudaron para que este acto de servicio fuera posible!
¡Si conoces a alguien que está buscando adoptar un perro o un gato, te insto a que le cuentes de este lugar! :)
Atentamente,
Adrienne N. Cruz (Historiadora AFM)
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